Diego, un joven emprendedor de Guadalajara, decidió abrir una tienda de estilo de vida que ofreciera artesanías locales y café especial. Su mayor desafío no era el concepto en sí, sino el tiempo y el presupuesto. Los costos de construcción tradicional eran altos, a menudo llevaban más de seis meses, pero su terreno perfecto en esquina requería un tiempo significativo. Optó por una casa expandible de doble ala como solución comercial, transformándola en una tienda a nivel de calle con marca propia que podía abrir rápidamente, proyectar una imagen de alta gama y expandirse según fuera necesario.
La unidad llegó preinstalada con electricidad de 110 V/60 Hz y fontanería, cumpliendo con las normas locales de servicios públicos y agilizando el proceso de permisos. El primer día, nuestro equipo instaló el marco de acero sobre pilotes ajustables para adaptarse al terreno ligeramente inclinado. El segundo día, las alas se desplegaron, creando un interior espacioso y sin columnas que mide casi 37-42 metros cuadrados, duplicando instantáneamente el área útil de un contenedor marítimo estándar. Los paneles sándwich aislantes y las ventanas de bajo coeficiente de emisividad mantienen la tienda cómoda incluso en las tardes cálidas de Guadalajara, reduciendo la carga de aire acondicionado y los costos operativos.
Diego eligió un exterior en grafito mate revestido con paneles de fachada en tono cedro, completo con una caja de señalización retroiluminada visible desde 60 metros de distancia. En el interior, estantes modulares a lo largo de un costado albergan textiles y artículos para el hogar, mientras que una barra de café compacta, acabada en acero inoxidable de grado NSF y equipada con una campana ventilada, se encuentra en el otro lado. Una isla central de caja/recepción gestiona el flujo de personas, mientras que iluminación empotrada y focos regulables resaltan los productos destacados. La distribución de la tienda aprovecha al máximo la altura del techo de 3,2 metros, creando una atmósfera aireada y similar a la de una boutique, que deleitará a los clientes habituados a las tiendas tradicionales en contenedores.
Un sistema HVAC de sistema dividido mantiene una temperatura estable; un pequeño panel solar de 2,5 kilovatios compensa las cargas diurnas; y un tanque de agua gris simplifica las conexiones durante las primeras semanas. Las plataformas laterales plegablescreadas mediante la conversión de los paneles exteriores de un ala en un balcón cubiertoañaden ocho asientos para café, invitando a los transeúntes a detenerse. El tiempo desde el depósito hasta la apertura tomó 21 días: 7 días para la personalización, 6 días para la logística y la preparación del sitio, y 8 días para la instalación, renovación e inspección. El costo total fue un 38% menor que la cotización más baja de la tienda física que Diego recibió, y ofreció la ventaja de la movilidad: si el tráfico de clientes cambia, la tienda puede ser reubicada en un día.
Hoy en día, la tienda expandible de Diego con doble ala cuenta con fuertes ventas diarias, sirviendo como una cartelera viva para la marca. El proyecto demuestra cómo las unidades expandibles pueden acortar el tiempo de comercialización, controlar los costos y ofrecer una experiencia minorista que es verdaderamente atemporal.
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